tuve una semana fuerte. hace mucho que no sentía la necesidad de arrancarme el corazón del pecho como lo hice estos días. mi mano rasguñando la piel exigiéndole al dolor que desapareciera. no tuve en donde recaer pero fue conciente privar a todos mis conocidos de mi situación. necesitaba recuperar mi lugar, a ese donde siempre podía ir con los ojos cerrados y ahora era inestable, inseguro. sin embargo, lo intenté. me mandé igual sabiendo que iba a encontrar la solución, segura de que no valía perdernos así, sin pelearla. dudé. obvio que dudé. me sentí contrariada, sorprendida, desilusionada, sola. pero sabe cómo arreglarme. le creo, confío en él, por algo le doy todo como se lo doy. lo perdono porque todos se merecen ser perdonados y por que sé lo que significo para él como para castigarnos sacándonos lo más lindo que tenemos. siempre vuelvo. siempre voy a volver. siempre voy a estar en su puerta esperándolo, buscándolo. no queda otra. no quiero otra.
hoy se está yendo de nuevo.
no veo la hora de que sea noviembre.
hoy se está yendo de nuevo.
no veo la hora de que sea noviembre.
Y está bien que así sea... que lo esperes por que no quieras otra cosa, hay cosas que sin sacrificio no se consiguen (y el amor es una de ellas)… pelea por lo que queres.
ResponderEliminarUn beso, hasta la próxima.
P/d: ¿como te llamás? si se puede saber, ja... mi nombre es Leandro.