té vic.

me encanta el mundial. me encanta el fútbol, pero no quiero ser botinera. me quiero quedar con el tipo este, ¿cómo es que se llama? ah sí. B. me gusta el mundial cuando me pongo su camiseta y me gusta cuando vemos los partidos a la mañana, en una cama que no es nuestra o en otra cama más que propia. me gusta hacerme la que sé cuando hablamos por teléfono. me gusta hacerme la que los jugadores son más lindos que él. me gusta tener ganas de jugar al winning después de los partidos. me gustan muchas cosas del fútbol, pero más me gusta que ahora todo el fútbol me haga acordar a él. y así me pasa con mil cosas. y a veces soy tan tonta. porque tanto me concentro en enojarme si las cosas no salen como quiero que me olvido de agradecer las buenas intenciones. y con buenas intenciones, las situaciones son más lindas. por más de que no salgan como esperamos. es mi culpa por ser tan ansiosa. por esperar que demos un paseo en globo aerostático un día de tormenta eléctrica, cuando el mejor viaje a veces es bizcochuelo y trompadas. soy una saboteadora de mi propia felicidad, pero no es a propósito. sale solo. es como miedo. tengo miedo. en un punto, mi vida se clasificó en un antes y un después. ese punto se convirtió en mi pasado, mi presente y, ojalá, mi futuro. da miedo eso. estar completa sobremanera que cualquier tiempo anterior sin él parezca insignificante. sin sentido. vacío. es raro. hasta suena tonto. pero ya lo dije, soy tonta. no lo puedo controlar. me da miedo sentirme completa. es estúpido. pero es la verdad. mi vida sin él sería absolutamente normal. mi vida con él es... todo. y perderla sería un error. mi vida sin él sería un error. y tengo miedo a equivocarme. a empujarlo a que se vaya de mi sabiendo que puedo hacer que se quede mucho más tiempo. sólo por ser tonta. por ser desagradecida. porque llegan estos momentos en los que exploto de amor y me doy cuenta que lo tuve para mi una hora y media y me la pasé pensando en que se tenía que ir en vez de decirle infinitas veces lo mucho que me gusta pelearlo con almohadas o lo lindo que le queda la camiseta blanca.
por eso paso a concluir la presente entrada con un gran GRACIAS que aunque suene medio insulso, resulta absolutamente necesario decirlo.
(ah, no sé si se entendió pero estoy completamente enamorada)